viernes, 21 de marzo de 2008

Jueves Santo 2008

Amor, sacerdocio y Jesús. Nunca, un día, como Jueves Santo, pudo contener tan grandes regalos marcados con tan profundas palabras y rodeados de tanto contenido. Malo será que nosotros nos quedemos sólo en el adorno.
Es Dios, quien con tal de rescatar al hombre, es capaz de dejarnos vivencias y sacramentos, signos y memoriales para que nunca olvidemos aquel paso que dejó una iglesia, una resurrección, una eucaristía, un mandamiento y un código para la vida de todo cristiano.

"Solo os pido que os améis; no hacen falta otras leyes ni otros ritos; que os améis unos a otros que multipliqueis los encuentros, las ternuras, los abrazos y los besos; solo quiero que os beséis y que pongáis en común lo que tenéis, lo que sois; que dialoguéis, os entendáis. Sólo quiero que os améis.
Quiero amigos mios, que os sirváis, que os lavéis los pies los unos a los otros, que os acompañéis y os ayudéis a caminar; que os curéis mutuamente las heridas; que os perdonéis; que no dejéis a nadie solo. Daos el tiempo que haga falta. Regalaos mutuamente algún detalle, cosas, gestos, como signo de amistad y de presencia, como yo hice con vosotros mismos, como un pequeño sacramento. El amor es siempre gracia y presencia. Ya solo vale el amor. Pero como una condición, una pequeña circunstancia que debéis tener en cuenta: que vuestro amor sea como el mío, que os sirváis y que os améis, como yo lo hice con vosotros y nada más."

"AMOR Y SERVICIO"



No hay comentarios: